La semana pasada, los cielos de Cork regalaron un espectáculo natural único: la aurora boreal. Este fenómeno, más común en regiones cercanas al Círculo Polar Ártico, fue visible en varios puntos del condado, incluyendo Kinsale, Rathcormac, Carrigaline y Lehenaghmore. Los afortunados que alzaron la vista al cielo pudieron disfrutar de este impresionante despliegue de luces de colores, que iluminó la noche y dejó a muchos sorprendidos.
La aurora boreal ocurre cuando partículas cargadas provenientes del Sol chocan con los gases de la atmósfera terrestre, generando luces en diferentes longitudes de onda. Este espectáculo es más habitual en las regiones polares, pero las tormentas geomagnéticas, que se originan en la actividad solar, pueden hacer que estas luces se extiendan hacia el sur, haciendo posible su observación en lugares como Irlanda.
El Sol sigue un ciclo de aproximadamente 11 años conocido como el ciclo solar. En su fase de máxima actividad, llamada máximo solar, aumenta la posibilidad de eyecciones de masa coronal, grandes explosiones de energía que pueden influir en la aparición de auroras. Este fenómeno, en combinación con las condiciones atmosféricas de la semana pasada, ofreció a los residentes de Cork una experiencia excepcional.
Aunque las auroras han sido vistas en Irlanda en otras ocasiones, la magnitud de este evento fue especialmente destacada, con informes de observaciones desde distintos puntos de la ciudad y el condado.
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(photograph by Bill Connolly)